Herencia cultural: El café forma parte integral de la identidad del Tolima y ha moldeado las tradiciones y costumbres de sus habitantes. Desde hace generaciones, las familias tolimenses han cultivado y cosechado el café como una forma de vida, transmitiendo de padres a hijos el conocimiento y las técnicas necesarias para producir café de alta calidad.

Variedades de café: En el Tolima, se cultivan principalmente variedades arábigas, como Caturra, Colombia, Castillo y Typica, entre otras. Estas variedades se adaptan bien al clima y al suelo de la región, produciendo café con perfiles de sabor complejos y equilibrados.

Clima y altitud: El Tolima cuenta con una amplia variedad de microclimas y altitudes que ofrecen condiciones óptimas para el cultivo del café. Desde las tierras bajas hasta las montañas más altas, los cafetales del Tolima se benefician de temperaturas moderadas, lluvias regulares y suelos ricos en minerales.

Procesamiento del café: Los productores de café en el Tolima emplean una variedad de métodos de procesamiento, que incluyen el lavado, el natural y el honey (miel). Estos métodos añaden una diversidad de sabores y características al café, lo que contribuye a su complejidad y calidad.

Cooperativas y asociaciones: En el Tolima, muchas fincas cafeteras están asociadas en cooperativas y asociaciones que promueven la colaboración y el intercambio de conocimientos entre los productores. Estas organizaciones desempeñan un papel crucial en el apoyo a los caficultores y en la promoción del café tolimense en el mercado nacional e internacional.

En resumen, las tradiciones cafeteras del Tolima reflejan la pasión y el compromiso de sus habitantes con la producción de café de alta calidad. Aunque quizás no tan conocido como otras regiones cafeteras de Colombia, el café del Tolima es una joya oculta que merece ser descubierta y apreciada por su sabor excepcional y su profundo arraigo en la historia y la cultura de la región.